lunes, 17 de diciembre de 2012

El dharma no es nada.

"El dharma busca confrontarnos directamente con nuestra vulnerabilidad y nuestra fragilidad. Profundizar en la nada hasta no ver otra cosa. Este desafío no nos liberará de nada más que del miedo. Practicar el dharma no consiste, sin embargo, en el desarrollo de una consciencia de la vanidad de las cosas. Lo inconcebible no es otra cosa que la aceptación total de nuestra propia fragilidad: el menor intento por escapar de ella está de más. Hay que aceptarlo todo, integralmente, sin excepciones - la vida, la muerte, nuestras ilusiones, nuestros extravíos -, no para librarnos de ellos, sino para restaurar la experiencia real de la vida."


Éric Rommeluère, Le bouddhisme n'existe pas, Seuil 2011, p. 148